Preguntas frecuentes Esclerosis Múltiple
¿Qué síntomas tiene la esclerosis múltiple?
Cada caso de esclerosis múltiple es único: los síntomas de la enfermedad varían de una persona a otra y cada una evolucionará de diferente manera en función del área dañada y de la capacidad de recuperación de su organismo. Algunos de los síntomas habituales son: visión borrosa o doble, debilidad muscular, pérdida de destreza, adormecimiento u hormigueos y dolores. En las formas progresivas (EM primaria progresiva o EM secundaria progresiva), los síntomas aparecen de forma más virulenta y de manera progresiva. A medida que la enfermedad avanza, pueden aparecer otros síntomas relacionados con el daño neurológico como espasmos, rigidez en los músculos (espasticidad), problemas de memoria, sexuales o de concentración e incontinencia urinaria.
¿A qué edad aparece la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad de adultos jóvenes. En la EM remitente-recurrente los primeros síntomas aparecen entre los 20 y 40 años. La edad del momento del diagnóstico puede influir en la progresión de la EM, aunque no es el único factor. Aunque el diagnóstico de esclerosis múltiple (EM) puede tener lugar en cualquier momento de la vida, es más probable entre los 20 y 50 años, también según el tipo de EM. La esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR) suele aparecer entre los 20 y los 35 años, mientras que la esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP) suele comenzar a los 40 años. Por otro lado, hasta un 10% de las personas con EM experimentan su primer brote antes de los 18 años.
¿Qué causa la esclerosis múltiple?
En las personas con esclerosis múltiple (EM), las células del sistema inmunológico reaccionan de forma errónea contra la mielina, un lípido que recubre los nervios favoreciendo la conducción de los impulsos nerviosos. La pérdida de mielina (desmielinización) hace que la transmisión nerviosa quede alterada. La causa es todavía desconocida. Se cree que se produce por una combinación de diferentes factores ambientales en personas genéticamente predispuestas que acaban produciendo una reacción inmunológica anómala.
¿Cómo se diagnostica?
La esclerosis múltiple no tiene un diagnóstico sencillo ni se realiza a través de una única prueba. En un primer momento, se realiza una primera revisión de la historia clínica y una exploración neurológica detallada para valorar todos los síntomas. Es importante empezar por descartar otras enfermedades que pudieran provocar estos síntomas. Para esto, puede ser necesario realizar pruebas complementarias para descartar otras patologías y poder diagnosticar con certeza la EM.
Así, entre las pruebas complementarias más comunes, destacan:
· Analítica general
· Resonancia magnética cerebral (se obtiene una imagen muy detallada del cerebro)
· Punción lumbar (utilizada para el estudio de diferentes elementos del líquido cefalorraquídeo, el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal)
· Potenciales evocados (se utiliza para el estudio de la transmisión de los estímulos sensoriales recogidos por el sistema nervioso)
La esclerosis múltiple, ¿es hereditaria?
Actualmente sabemos que la Esclerosis Múltiple no es una enfermedad hereditaria. Es cierto que sí puede existir una predisposición genética a padecerla. Su causa depende de determinados y complejos factores, así como de las relaciones entre ellos. Estos implican además factores ambientales, genéticos e inmunológicos.
¿La esclerosis múltiple se cura?
A pesar de los grandes avances de los últimos años, no existe hoy en día, una cura para la esclerosis múltiple. Se trata de una enfermedad crónica que, una vez desarrollada, se padece toda la vida. Pero ¿existe esperanza para una cura? Por supuesto que sí. Los investigadores conocen la esclerosis múltiple cada vez mejor y ponen especial énfasis en lograr la reparación del sistema nervioso central.
La situación ante un diagnóstico de esclerosis múltiple (EM) hoy en día no tiene nada que ver con la situación que había hace sólo veinte años. Cada vez disponemos de más fármacos para tratar la enfermedad, disminuir el número y la severidad de los brotes y, por tanto, reducir la aparición de la discapacidad neurológica a largo plazo. De manera complementaria, la rehabilitación mejora notablemente la calidad de vida. Suele participar un equipo de neurólogos, psicólogos, logopedas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y enfermeras, con el objetivo de avanzar en la convivencia con la EM a nivel físico, pero también emocional y cognitivo.
Referencias
Christian Nordqvist. Multiple sclerosis: What you need to know. Medical News Today 2017